MI VIAJE A INDONESIA

No hay día que no recuerde lo bien que lo pasamos en Raja Ampat, Indonesia. Un destino poco conocido y por suerte, nada masificado de turismo (esperemos siga así). Ese lugar dejó huella en mí y espero poder volver en un futuro. Pero vayamos por partes. A finales del verano de 2017, mi pareja y yo viajamos 21 días a Indonesia por nuestra cuenta. Nuestra ruta incluía Bali, Lombok, islas Gili y Raja Ampat (Papúa Occidental), ¿Me acompañáis?


BALI

Estuvimos las 3 primeras y las 3 últimas noches de nuestro viaje. Empezamos por Ubud, un lugar famoso por su actividad artística y su cultura (templos, yoga y meditación, artesanía, mercados locales…). Contratamos un taxi privado desde Barcelona para que nos esperase en el aeropuerto de Denpasar y nos llevase hasta nuestro hotel a las afueras de Ubud. Alam Ubud Villas es un hotel en medio de la húmeda selva con servicio de desayuno, masajes y piscina desbordante. Es
el lugar ideal para desconectar rodeado de arrozales.

CAMPOS DE ARROZ

Alquilamos una moto en el mismo hotel, con la cual nos movimos durante los 3 primeros días.
No sé cómo lo hicimos, pero fuimos capaces de movernos sin ningún tipo de GPS ni internet móvil y eso que el hotel se encuentra a unos 20 minutos en moto del centro de Ubud.

La gente local es muy amable y hospitalaria por lo que siempre que lo necesitamos, nos ayudaron en lo que pudieron. Las carreteras de Bali, en cambio, son horribles… mucho tránsito y locura en muy pocos carriles. Os recomiendo que viajéis con tiempo de sobra por carretera ya que a menudo hay colas importantes por las principales carreteras del país. ¡La paciencia será vuestra mejor aliada en esos trayectos por carretera!

Pudimos dar un paseo por el Monkey Forest, un bosque santuario para los monos donde se puede observar como estos animales se aprovechan de cualquier distracción por parte de los turistas para quitarles comida o cualquier accesorio de valor que esté a la vista.

Viajamos en moto hasta las afueras, sin rumbo, y llegamos a una pequeña aldea donde todos los peques nos saludaban al pasar, ¡Alo! Visitamos los campos de arroz llamados Campuhan Ridge Walk, menos conocidos que los famosos Tegalalang, y nos motivamos con nuestra nueva cámara GoPro haciéndonos miles de fotos saltando entre los campos de arroz.

También nos dejamos mimar durante la hora y poco que duró el masaje balinés en las mismas instalaciones del hotel, y esa noche dormimos del tirón.

Los Warung son los locales que ofrecen comida local en Indonesia. Un warung normalmente os saldrá mejor de precio que cualquier sitio de comida internacional como una pizzería, etc.

Disfrutamos de la comida típica indonesia probando platos como el Nasi Goreng, un plato de arroz frito acompañado de pollo, gambas y huevo, todo ello bien especiado; o el Nasi Campur, un arroz mezclado con diferentes carnes, verduras, cachuetes y camarones.

Mi estómago no tardó más de 48 horas en verse realmente afectado… ¡La comida típica indonesia es bastante  picante! Probamos el típico jugo de coco, pero no repetimos. Sinceramente, no me gustó demasiado (en Costa Rica probé el coco pequeño y ese sí me gustó). Mi recomendación es:
Warung Biah Biah, en el centro de Ubud. Comida típica excelente y a muy buen precio.

Los tres últimos días de nuestro viaje también los pasamos en la isla de Bali, pero esta vez en lazona sur, en la costa de Uluwatu. Desde allí visitamos el templo Luhur Uluwatu, situado en lo alto de un acantilado impresionante de unos 75 metros de altura. Me fascinó observar como las olas golpean sin descanso las paredes de roca de este acantilado. Visitamos playa de Padang.
Padang, famosa por sus olas y sus sus surferos; y descansamos en la piscina del hotel mientras nos tomamos un batido de frutas tropicales.

LOMBOK:

¡Qué diferente es Lombok de su vecina Bali! En Lombok, la religión mayoritaria no es la hindú, como en Bali, sino la religión musulmana, un cambio que se hace notar tan solo salir del aeropuerto. Estuvimos un total de 3 noches en esta isla, concretamente en la zona de Kuta Lombok.

La verdad es que lo pasamos muy bien, aunque nos sentimos algo inseguros en ciertos momentos. Parece que algunos locales intentan aprovecharse de los turistas jugando a pinchar las ruedas de las motos de alquiler y luego les hacen pagar por su reparación. Eso mismo les pasó a unos conocidos que justamente coincidieron con nosotros en Lombok. Por otro lado, fue aquí donde me atreví a probar el surf por primera vez.

Lombok tiene una de las mejores playas para principiantes, Selong Belanak. Una playa de arena, sin corales con los que chocar y con olas bajitas y no demasiado rápidas para empezar a surfear con seguridad. Le devolví la tabla a Josep tras haber sufrido cuatro o cinco incómodos revolcones (tragué mucha agua ese día). Por cierto, por si os lo estáis preguntando, la respuesta es no. No conseguí ponerme de pie encima de la tabla.

Queríamos ir a ver la puesta de sol desde alguna playa cercana al hotel, y preguntamos a los chicos de la recepción. Tras hablar un rato con ellos, nos dirigimos hacia Tanjung Aan. La carretera de arena para llegar hasta allí estaba en muy mal estado y llegamos con la espalda algo machacada. Hoy aún nos preguntamos si nos entendieron, ya que desde esa playa no se tienen las mejores vistas de la puesta de sol, puesto que el sol se esconde por detrás de la playa.

Aun así, disfrutamos de una buena piña acabada de cortar y compramos una tela estampada muybonita y coloreada para cubrir el sofá a unas mujeres locales que las vendían en la playa.

ISLAS GILI:

Pasamos 5 noches en Gili Trawangan, la grande de las 3 islas famosas por sus aguas turquesas y sus tortugas marinas. ¿Qué decir de Gili T? Me gustó la idea de que estén prohibidos los vehículos con motor de gasolina, aunque no me convenció el transporte mediante carruajes tirados por animales. Me quedo con los desayunos enfrente del mar, las cenas al aire libre con música en directo, y los preciosos atardeceres. En las Gili se puede encontrar muchísimas excursiones de snorkel y buceo de todo tipo, por lo que, si os gusta observar el fondo marino,
seguro que no os aburriréis.

Una mañana, cogimos un taxi boat local para visitar Gili Meno, la más pequeña de las tres islas.

En unas 3 o 4 horas pudimos hacer la vuelta entera a pie, para que os hagáis una idea. Además, nos paramos en dos sitios distintos para hacer snorkel, donde estuvimos prácticamente solos.

RAJA AMPAT:

Uno de los mejores sitios del Mundo donde practicar snorkel y/o buceo. Nosotros no buceamos, pero pasamos siete días haciendo snorkel alrededor de la pequeña isla donde se encontraba nuestro homestay.

En Raja Ampat hay dos tipos de alojamiento, los resorts, pensados para los que no quieran prescindir de los servicios y comodidades a los que estamos acostumbrados; y los homestay, casitas de madera construidas encima de la misma costa y regentadas por famílias locales.

Nosotros nos alojamos seis noches en un mismo homestay, la opción económica, original y la más salvaje. Un homestay consta de un porche exterior y de una estancia interior con una cama o colchón directamente al suelo, cubierto por una mosquitera.

El nuestro tenía un pequeño espejo y una zona donde colgar algo de ropa. Tan solo teníamos electricidad por la noche, ¡momento para cargar las cámaras y otros aparatos eléctricos! En el blog encontraréis más información acerca del homestay que escogimos nosotros y los motivos por los cuales lo recomendamos a otros viajeros.

Realmente volvería a ese lugar sin dudarlo. No importa no tener un baño privado, ni una ducha con agua corriente, cuando estas rodeado de naturaleza, paz y
tranquilidad.

Hicimos varias excursiones de medio día o día entero con la familia de nuestro homestay. Fuimosa hacer snorkel a la isla de Arborek, el sitio donde encontramos el agua más cristalina y en el que pudimos observar un montón de especies distintas de peces y otros animales marinos.

Subimos un montón de escaleras para poder observar los islotes de Pyanemo, el pequeño Wayag. Si estás buscando información para visitar el famoso Wayag, os daréis cuenta de que está demasiado lejos para ir y volver en un día desde la zona donde se encuentran la mayoría de alojamientos, por lo que Pyanemo es una buena alternativa.

Por cierto, os preguntaréis donde se come cuando estás alojado en un homestay. Es la propia família de tu homestay quien cocina el desayuno, comida, merienda y cena para todos los huéspedes. ¡Qué placer despertarse con las primeras luces del día y encontrarnos con la bandeja del desayuno en el porche de nuestra casita! Además, durante las comidas y cenas coincidimos con otras dos parejas jóvenes con las que compartimos alguna de las excursiones, así como salidas de snorkel alrededor de nuestra isla.

Para terminar, qué brutal es experimentar una lluvia tropical desde tu casita de madera,  escuchar los cánticos de los pájaros al amanecer u observar al pequeño tiburón que nos visitaba
al atardecer…
Tengo muy buenos recuerdos de ese lugar. Ojalá pueda volver algún día.