AVENTURA MOCHILERA POR ECUADOR
He realizado varios viajes más que nada por Europa (de los cuales os hablaré en otra entrada), pero mi viaje como mochilera de verdad lo hice por mi país (Ecuador) junto con mi pareja, con el que llevo compartiendo esta afición desde el 2011.
Estuvimos 3 meses en el país, y nuestra primera aventura empezó en la reserva ecológica “Mache Chindúl” en la costa norte del país, entre las provincias de Esmeraldas y Manabí, más exactamente en las Cabañas Rio Cuasa Eco Lodge, en Pedernales.
Para llegar hasta allí cogimos un autobús (TransEsmeraldas) en la ciudad de Esmeraldas que nos dejó en Chamanga, el último pueblo de esta provincia. Después tuvimos que coger otro autobús que nos dejó en la carretera de camino a la reserva.
Las cabañas están ubicadas a la izquierda de la carretera y hay que fijarse bien porque el cartel de entrada no se ve muy bien. Tienes que decirle al conductor que te avise para que te pare en el sitio.
Al llegar al sitio lo primero que nos encontramos fue con una explanada grande con un verdor alucinante rodeada de coloridas cabañas, y bordeada por el río
Nos recibió el señor Oscar (propietario del recinto) un gran hombre siempre súper atento con nosotros y dispuestos a informarnos sobre el sitio, las instalaciones, los senderos y actividades.
Habíamos llevado cosas para picar: latas de atún, galletas, pan, etc… Pero en cuanto nos vieron se dispusieron a prepararnos un almuerzo para nosotros.
Disponen de cabañas independientes con baño privado e instalaciones para acampar.
Una sala de juegos, un comedor-cocina al aire libre, merenderos, y dentro de sus actividades: paseo en canoa por el río, un sendero auto-guiado dentro de las instalaciones, excursiones a caballo por los alrededores y hasta la cascada de la reserva (para ver la cascada hay que ir en temporada de lluvias), caminata a la montaña, avistamiento de aves, interpretación de flora y fauna del bosque húmedo tropical, entre muchas cosas más…
La cabaña que nos tocó fue la del Mono Aullador, jajaja. Y nos llamó muchisimo la atención su colorido, lo grande que era, muy acogedora eso sí, con balcón al rededor de la cabaña y hamacas en a parte de abajo.
Nada más llegar nos subimos a la canoa y nos fuimos a dar un paseo por el río (era nuestra primera vez que remábamos, jajaja) y lo siguiente fue hacer senderismo por nuestra cuenta hacia la montaña, dónde llegámos a lo alto de un mirador desde dónde se veían las cabañas.
Al llegar la noche y después de una reconfortante ducha nos dispusimos a cenar una cena que nos prepararon con la gastronomía típica de la zona: pescado, encalada, patacones… y estuvimos un rato largo hablando con Oscar sobre el sitio, un poco de historia, turismo y demás.
Ya sabéis que al estar en una selva tropical estáis expuesto al ataque de muchos insectos, como grillos, escarabajos voladores, saltamontes, cucas, ranas… Sí, todo eso nos encontramos!
En este tipo de sitios hay que dormir con mosquiteras para protegernos precisamente de los mosquitos y demás bichitos, jejeje.
Y como lo bueno dura poco, y nuestro presupuesto sólo daba para pasar alli una noche, y la hora de salida es máximo hasta las 12:30h tuvimos que marcharnos al día siguiente pero con muchísimas ganas devolver en nuestro próximo viaje a este país.
Eso sí, antes de irnos Oscar nos explicó un poco más sobre la flora y la fauna del sitio, nos hizo un recorrido rápido por el sendero autoguiado dónde nos enseñó a camuflarnos con hojas gigantes, nos sacó un par de fotos y nos enseñó el método artesanal de cómo limpiar el arroz. La verdad que en cuanto a atención salimos muy contentos y le damos un 10. Podéis visitar su página web y su cuenta de facebook.
Si sois amantes de la naturaleza y os apasiona hacer senderismo por la selva o bosques tropicales os animamos a que visitéis la zona tropical de Ecuador, y si tenéis la suerte de estar en este país no dudéis en visitar esta Reserva Ecológica, os encantará!