DESIERTO DE ATACAMA

¿Quién no ha soñado alguna vez con recorrer el desierto y dormir en la más absoluta oscuridad admirando las estrellas desde la furgo?


EL DESIERTO DE ATACAMA EN FURGO

DÍA 1

Con este pensamiento partimos para San Pedro de Atacama, en Chile. Llegamos en avión a Calama, desde Santiago de Chile, con la compañía Latam en un vuelo que sale bastante económico si se compra con tiempo. Desde Calama hay que llegar a San Pedro, para ello hay multitud de opciones, nosotros optamos por la más económica, tomar un bus de unas 2 horas desde la ciudad de Calama directo a San Pedro. Existe la posibilidad de tomar un bus desde el aeropuerto de Calama directo a San Pedro, pero el precio es mucho más elevado que desde la terminal de buses de Calama ciudad.

Ya en San pedro de Atacama nos dirigimos a la oficina de Wicked Campers, dónde alquilamos una furgoneta para dos personas que contaba con lo básico para nuestro periplo por el desierto. Elegimos esta opción ya que sumando gastos de alojamiento, comidas y tours salía más económico ir en furgoneta por nuestra cuenta y, además, somos partidarios de hacer los viajes lo más independiente posible.

Tras aprovisionarnos de víveres para los 4 días partimos a la inmensidad del desierto. El paisaje parecía sacado de una película de ciencia ficción, carreteras infinitas y nada de civilización en las inmediaciones excepto un par de vicuñas curioseando. La primera noche aparcamos para dormir en un pequeño bosque próximo al pueblito de Toconao, un lugar tranquilo entre pequeños árboles (Coordenadas GPS= -23.119727, -98.079868).

                       Los caminos del desierto de Atacama

DÍA 2

Nos despertamos rodeados de llamas que hicieron de nuestro desayuno una experiencia inigualable. Con una sonrisa de oreja a oreja nos dirigimos a las llanuras del Salar. Conducir por esos «caminos» desérticos, dónde podrías gritar todo lo que quisieras que nadie te escucharía en varios kilómetros a la redonda, fue una sensación difícil de explicar con palabras. Visitamos los elegantes flamencos de la laguna Chaxa, pasando por el Salar de Atacama para finalmente darnos un baño en los fríos Ojos del Salar.

Raúl en plena Laguna Chaxa

Aprovechando los últimos rayos de sol llegamos al cañón de Guatín (Coordenadas GPS= -22.767967, -68.074853). Era la noche de Halloween y la oscuridad se nos echó encima casi antes de aparcar la furgo. Arropados por un cielo estrellado de ensueño, la energía del desierto se nos presentó aquella noche y nos brindó la ayuda y compañía de un par de entrañables mochileros viajeros que nos salvaron de algún que otro apuro en la profunda oscuridad de la noche.

DÍA 3

Tras la intensa noche en el mágico Valle de los Cactus (Cañón de Guatín), emprendimos camino y manta para el lugar más lejano y elevado de nuestra aventura, los Géiseres del Tatio. Fue una subida épica hasta los 4200m de altura por caminos de tierra dando tumbos durante unas 3 horas. La hoja de coca aquí era imprescindible para poder lidiar con la poderosa altura.

Todo esfuerzo tiene su recompensa, la nuestra fue poder estar metidos en el agua termal por más de 2 horas mientras saludábamos a los turistas que iban y venían en tours que sólo les permitían 20 minutos de baño. Bañarse a esa altura fue algo divino, cada movimiento era una fatiga por lo que estar sin movernos en el agua era la mejor y más relajante opción para disfrutar del lugar.

Con la furgo en los Géiseres del Tatio (4200msm)

Ya de regreso dormimos de nuevo en el bosquecillo cercano a Toconao (Coordenadas GPS=            -23.119727, -98.079868), dónde encontramos por casualidad a los mismos viajeros del cañón de Guatín, con los que compartimos intensas conversaciones a la luz de las estrellas. Por cierto, ver las estrellas en este desierto es una experiencia que no os dejará indiferentes, ya que su altura y su clima seco le convierten en uno de los mejores lugares del mundo para observar el universo.

DÍA 4

En nuestro último día con la furgo visitamos el valle de la Luna, un lugar de película. En medio de este pintoresco paisaje pudimos disfrutar de una rica comida cocinada por nosotros en nuestra casita rodante mientras el resto de visitantes peleaban contra el sol.

Nuestro comedor improvisado en medio de la nada

En la tarde devolvimos la furgo en la oficina y alquilamos unas bicis para recorrer el Valle de la Muerte, que nos brindó un atardecer de mil colores. Tras una ducha en el hostal y unos mates con los viajeros que estaban por allá, partimos al único tour guiado que realizamos, el tour astronómico, un tour indispensable para todos los amantes de la astronomía y la cosmovisión andina.

DÍA 5

En la mañana siguiente, antes de tomar el avión de regreso a Santiago, pudimos asombrarnos visitando el Pukara de Quitor a pie, unas ruinas atacameñas que esconden muchos secretos. Se puede llegar hasta ellas desde San Pedro a pie, en bici o taxi.

“El peor miedo que puedes encontrarte en el desierto es el creado por ti mismo”

       Silvia en el Pukara de Quitor