DESCUBRIENDO ISLANDIA CON UN BEBE DE 11 MESES
Islandia fue un gran descubrimiento para nosotros. Habíamos oído hablar mucho de esta isla pero nunca nos decidimos a visitarla. Hasta que nació Aria.
Después de hacer un roadtrip de 1 semana por el valle de Mosela (Aria por aquel entonces tenía 6 meses), decidimos comprar los vuelos para Islandia.
Estuvimos 10 días recorriendo este país en marzo del 2018, con un coche 4×4 y un temporal que no nos dejó ver ninguna aurora boreal, pero que disfrutamos de cada cascada, volcán o termas que vimos.
ISLANDIA EN FAMILIA MOCHILERA
CÍRCULO DORADO, TOTALMENTE ACCESIBLE CON BEBES Y NIÑOS.
El “círculo dorado” es uno de los mayores atractivos turísticos de Islandia ya que se encuentra muy cerca de Reikiavik (a 40 minutos).
Es una ruta de unos 200 kilómetros en donde se recorren muchos de los puntos más turísticos e importantes de Islandia.
Muchos viajeros que tienen pocos días para visitar Islandia, se centran en conocer Reikiavik y esta zona.
Tardamos en recorrer esta parte de la isla unas 5 horas.
Gullfoss
Es una cascada creada por la ruptura de las placas tectónicas, las cuales han creado el salto del agua al desplazarse.
La llegada es impresionante. El terreno oculta el curso del río y, al acceder desde la parte más baja, se ve perfectamente la fractura.
Geysir
Se encuentra a 10 kilómetros de la cascada de Gullfoss. También conocido como el gran Geysir o el padre de los geisers, que curiosamente da nombre a este fenómeno geológico.
Hasta el año 1916 este géiser, entraba en erupción cada 3 horas llegando hasta los 80 metros de altura.
Por ello, Geysir era el géiser más conocido. A día de hoy no está activo, pero en esta área de aguas termales podéis ver el Geiser Strokkur.
Entra en erupción cada 5-10 minutos y puede llegar hasta 25 metros de altura.
Parque nacional Thingvellir y cascada de Oxarärfoss.
Tras 35 minutos de trayecto en el coche (unos 47 kilómetros), llegamos al parque Nacional de Thingvellir, patrimonio de la UNESCO desde 2004.
Siguiendo un sendero llegamos a la famosa separación de las placas tectónicas.
Era bastante peligroso bajar con Aria en la mochila así que decidimos verlas desde arriba.
Volvimos al coche para ir a nuestra siguiente parada, la cascada de Óxararfoss.
Nos llevamos una grata sorpresa.
Habíamos visto pocas fotos de ella. Se encuentra en el curso del río Öxará, el cual fluye por un campo de lava.
Eran casi las 5 de la tarde y llegábamos al final de la ruta del día. Nos quedaba una parada, el cráter Kerio.
Cráter Kerio
Se encuentra a 35 kilómetros del parque nacional y a 15 minutos del pueblo de Selfoss.
Cuando llegamos al aparcamiento vimos una caseta en la que hay que pagar para acceder al cráter. El precio es de 400ISK.
Últimamente se está poniendo de moda que una persona plante una caseta en un lugar turístico y pida dinero por entrar.
Nosotros pagamos, pero si sigues el camino que sale a la derecha de la caseta puedes llegar perfectamente al cráter, desde donde puedes tener otras vistas totalmente diferentes de dicho cráter.
En esta época estaba congelado, por ello no nos llamó mucho la atención. Es impresionante en cuanto a su tamaño, pero encontrarlo congelado nos dejó un poco con mal sabor de boca. Pese a ello, aprovechamos a hacernos varias fotos y a bajar hasta el agua congelada.
Ya desde aquí volvimos a nuestro alojamiento en el pueblo de Selfoss.
LA CASCADA ESCONDIDA DE GLJÚFRABÚI
Uno de los mayores descubrimientos de Islandia fue esta cascada. Se encuentra a escasos 10 minutos de la famosa cascada de Seljalandfoss.
Se esconde en un peñón rocoso detrás de un acantilado. Tiene 40 metros de altura. Para verla entera hay que pasar por un pequeño riachuelo. Aconsejamos llevar botas de agua y ropa impermeable ya que te mojas sí o sí.
Esta es la única zona de Islandia que no es accesible con bebés o niños pequeños, ya que en el riachuelo las piedras escurren muchísimo. Fue espectacular la sensación de estar debajo de esta cascada rodeada de rocas de más de 50 metros de altura.
SVARTIFOSS
UNA DE LAS MEJORES CASCADAS DE ISLANDIA
La ruta para llegar a la cascada de Svartifoss sale desde el centro de visitantes de Skaftafell. Son 45 minutos de subida pero se hace muy ameno por las vistas que se tienen. Lo mejor es llevar al bebé porteándolo en una mochila ya que las cuestas son bastante empinadas.
Ya desde la lejanía comienza a verse la cascada rodeada de columnas basálticas de origen volcánico. Estas columnas que rodean la cascada se formaron por un enfriamiento brusco del magma volcánico. El nombre de Svartifoss significa “catarata negra”.
A lo largo del camino hay varios miradores hasta llegar a esta maravillosa cascada. Esperamos que os gustará nuestro artículo mochileros.