RUTA POR LAS ISLAS DE BALI

La segunda parte de nuestro viaje por Indonesia estuvo centrada en la isla de Bali. Decidimos apostar por Ubud como punto de conexión con el resto de la isla, decisión acertadísima por nuestra parte, se encuentra bien comunicada y tiene una ubicación perfecta para explorar la isla por tu cuenta en moto.


El primer día decidimos pegarnos el capricho asiático que nunca debe faltar en todo viaje a Asia, y decidimos hospedarnos en un hotel de 4 estrellas, disfrutar de la selva de Ubud y el remanso de paz que aporta.

El hotel elegido fue Ulun Ubud Resort and Spa, maravilloso hotel con vistas a la selva de Ubud, y el cual aconsejamos fervientemente, si bien no aconsejamos pasar más de una noche en un hotel así, la isla de Bali debe ser explorada y eso no se hace desde una piscina, pero hay que saber compensar ambas pasiones, encontrar el equilibrio es lo que hará de tu viaje la aventura perfecta.

El hotel lucía impresionante, colindaba con la selva de Ubud y la afluencia de un río cuyo sonido de transmitía una tranquilidad inusual. Disfrutamos todo el día de sus increíbles instalaciones, y a la mañana siguiente el desayuno fue espectacular, un completo acierto habernos hospedados en este hotel.

Tras el desayuno pusimos rumbo hacia lo que sería nuestra base para explorar la isla de Bali, decidimos alojarnos 4 noches en una guesthouse la cual recomendamos también, su nombre es Putra Bisma Guesthouse, 16 euros la noche los dos con desayuno incluido y con una excelente ubicación.  El primer día decidimos pasear por las calles de Ubud y dirigirnos hacia el Campuhan Ridge Walk sin rumbo fijo, simplemente disfrutar del paisaje, de la selva , de los arrozales , de los lugareños…

Al día siguiente teníamos cogida una excursión a Nusa Penida con los chicos y chicas de Discover Nusa Penida, nuestra intención no era otra que poder bucear con Mantas rayas, como bien sabéis nos apasiona el Snorkel y nos encantan todos los animales, por lo que era una actividad que teníamos que hacer sin lugar a dudas.

Nos recogieron cerca del hotel y pusimos rumbo hacia Nusa Penida. Según nos comentaron nuestros guías no era seguro que pudiésemos ver Mantas debido al temporal que azotaba el mar, de hecho en el barco que nos llevaba a los puntos donde haríamos snorkel nos mareamos ambos bastante, y ya os digo que hacer snorkel mareado en alta mar es una sensación extraña… en el primer punto no tuvimos suerte así que nos dirigimos al segundo punto, y es justo cuando íbamos dirección al segundo punto cuando de repente escuchamos desde otro barco a lo lejos una voz diciendo ¡MANTA! ¡MANTA! Y es ahí mismo donde por fin las encontramos, en el barco éramos unas 10 personas aproximadamente, de las cuales estábamos mareadas 10 , nuestro guía se lanzó al mar y el que suscribe no se lo pensó dos veces, se lanzó tras él, y gracias a dios que lo hice, fue impactante presenciar a dos ejemplares de Mantas rayas delante de mí, algo que pude a bien grabar para guardarlo para los restos. Objetivo cumplido.

Tras el snorkel decidimos reservar en su día una visita expres a la isla para visitar los principales puntos, entre ellos la famosa Kelingking Beach, la cual no decepciona en persona, más bien al contrario, impresiona bastante.  

Como punto negativo de este parte del viaje decir que quizás la isla de Nusa Penida merezca la pena visitar 2 o 3 días, es una isla donde no muchos viajeros mochileros deciden pasar la noche, lo que la hace bajo nuestro punto de vista un destino top para aquellos más aventureros, a nosotros nos hubiese encantado poder hacer esto, pero cuando decidimos organizar el viaje tuvimos que tomar la decisión de prescindir de ello, si bien es algo de lo que no estamos del todo satisfechos, lo bueno de todo esto es que a Indonesia tienes que ir más de una vez si quieres conocer todo lo que este maravilloso país nos ofrece, así que lo anotamos en nuestra lista de asignaturas pendientes.

El día siguiente lo invertimos en seguir conociendo Ubud, nos quedaba mucho por explorar, como el Monkey Forest o los mercados de artesanía, así como disfrutar por la noche de los bailes típicos de Bali.

El último día decidimos alquilar una moto y coger rumbo al norte de Bali dirección a famoso Ulun Danu Temple o templo del agua como lo llaman.

Como bien sabemos todos los aventureros mochileros, hay que disfrutar más del camino que del destino, y aquí tenemos un claro ejemplo, en el trayecto descubrimos paisajes de revista, fabulosos arrozales, pueblos alejados de todo bullicio y transeúntes, una experiencia inolvidable.

Como consejo aquí deciros que si tenéis pensado visitar el norte de Bali os llevéis algo de ropa de abrigo, el cambio de temperatura y sobre todo de sensación térmica es brutal, y más si hacéis como nosotros y decidís apostar por el vehículo de dos ruedas para la travesía.

Como aporte final a lo que consideramos nuestra segunda parte del viaje, comentar que Ubud es un sitio que tras pasar una sola noche sientes el deseo de hacerlo tu hogar, te sientes como en casa desde el minuto uno, es uno de esos sitios donde tienes la sensación de que el tiempo se detiene, pero nada más lejos de la realidad,  el tiempo sigue su curso, debiendo dejar Ubud muy a nuestro pesar, y coger rumbo a la tercera parte del viaje, que será desvelada en nuestro siguiente post.  GO!