PERÚ: LA RUTA DEL GRINGO

Perú es un viaje especial para nosotros porque fue el primero que hicimos realmente como mochileros. Desde entonces no sabemos viajar sin nuestra mochila y sentir esa sensación de libertad para conocer mundo.


Para recorrer este país sudamericano seguimos la conocida como ruta del gringo, aunque la extendimos un poco para conocer la selva amazónica. Recibe este nombre porque es el recorrido que seguían los turistas norteamericanos, empezando en Lima y acabando en Cusco. Explicaremos nuestro viaje siguiendo el orden cronológico de las ciudades que fuimos visitando.

LIMA

Empezamos nuestra aventura por el país peruano desde Lima, su capital. Los vuelos internacionales llegan hasta aquí y hay que aprovechar para verla un poco. Llegamos muy temprano a Lima y dedicamos este primer día para adaptarnos al cambio horario, aclimatarnos al país y visitar la ciudad. Sin salirnos de las zonas recomendadas para el turismo.

Primero paseamos por el barrio de Miraflores, donde nos hospedamos. Vimos el parque del amor, con cierto recuerdo al Parc Güell de Barcelona, y las magníficas vistas que hay de la costa desde aquí. Hay un barranco que separa esta zona de la playa.

Después visitamos el centro, lo más interesante es la plaza de armas y sus alrededores. Destacamos la visita a la catedral. Como era finales de semana santa estaban haciendo una procesión y estaba llena de gente. Cerca se encuentra la iglesia de San Francisco, donde pudimos hacer una visita al interior y sus catacumbas.

Por la tarde noche fuimos al circuito mágico del agua, una de las mejores visitas de Lima. Es un parque repleto de fuentes muy originales, de diferentes formas, decoraciones y colores. Algunas de ellas están acompañadas con música.

PARACAS

De Lima fuimos hacia el sur siguiendo la costa para llegar a Paracas, con la compañía de autobuses Cruz del Sur. El trayecto es de unas 3 horas. El pueblo es muy pequeño pero agradable. Además, aquí se puede probar el famoso pisco sour.

Aquí hay dos visitas que realizar. La primera es la reserva nacional de Paracas y que nos llevó toda la tarde. Para recorrerlo lo hicimos con un guía local. Se trata de una zona desértica donde habitó la civilización paracas. Entre los puntos de interés se encuentran La Catedral, Supay Beach o la Playa Roja. También pueden verse gran cantidad de fósiles.

La segunda visita la realizamos a la mañana siguiente. Se trata de las Islas Ballestas o también denominadas las Galápagos de los pobres. Es una excursión que se hace en una pequeña embarcación y se rodean unas islas que están a una media hora del pueblo. Desde la embarcación puede verse gran cantidad de fauna, sobre todo aves. También vimos el geoglifo llamado El Candelabro.

ICA

A una hora aproximadamente de Paracas se encuentra la ciudad de Ica. Lo interesante está a las afueras de la ciudad, en el oasis de Huacachina. Para llegar cogimos un Taxi que nos llevó desde Ica.

Paseamos un rato alrededor del oasis y por la tarde fuimos a ver el desierto. Contratamos una excursión que te lleva con un buggy a recorrer las dunas y practicar sandboard. Esta actividad nos gustó mucho, se trata de tirarse con una tabla por las dunas. Para acabar vimos uno de los mejores atardeceres del viaje desde el desierto.

NASCA

La ciudad de Nasca es famosa por sus líneas, también llamadas geoglifos. Para verlas hay que sobrevolar la zona, aunque algo cara. Es una visita que vale la pena, sobre todo si no te mareas. Es increíble como pudieron hacer algo así. El recorrido alberga 13 geoglifos, todos ellos de formas diferentes, el mono, el astronauta, el colibrí, etc.

Hay otras visitas interesantes en los alrededores de esta ciudad. Después del vuelo fuimos a ver el cementerio de Chauchilla, donde puede verse como la antigua civilización nasca enterraba a sus difuntos. A continuación, fuimos a Cahuachi para ver los templos de esta civilización, donde había varios edificios de forma piramidal. Por último visitamos los acueductos de Cantalloc. Nos pareció muy curioso como los nasca creaban sus pozos. Tenían un camino que descendía en forma de espiral hasta el nivel del agua.

Después de las visitas subimos de nuevo a un autobús de Cruz del Sur. En esta ocasión para llegar hasta Arequipa, nuestro próximo destino. La distancia entre ambas ciudades es de aproximadamente 9 horas y decidimos hacer este trayecto de noche para dormir por el camino y ganar tiempo para el viaje.

AREQUIPA

Dejamos el desierto para adentrarnos en la zona montañosa de los Andes. Arequipa se eleva a más de 2000 metros sobre el nivel del mar, era un buen punto de partida para ir aclimatándose a la altura de los próximos días.

El lugar que más nos gustó de la segunda ciudad más poblada de Perú fue el convento de Santa Catalina. Este lugar es considerado Patrimonio Cultural por la UNESCO. Es un gran convento que necesita más de dos horas para realizar una visita completa. Lo que más llama la atención son los colores de las paredes.

La plaza de armas y sus alrededores también merecen dedicarle un tiempo, sobre todo la catedral, que nos recordó a la de Lima. Después con una excursión visitamos las zonas más alejadas como son Carmen Alto, el mirador de Yanahuara y la casa del fundador. También probamos el cuy, un plato muy típico de la zona.

VALLE DEL COLCA

Para cruzar los Andes habíamos contratado una excursión. Pasamos por la pampa de Cañahuas, desde donde pueden verse los volcanes Misti, Chachani, Pichu Pichu y Ampato. En este trayecto conocimos a la alpaca, la llama y la vicuña, diferentes especies de camélidos que viven en los Andes.

Llegamos hasta el Patapampa, el punto más alto del recorrido con 4910 metros. Aquí nos detuvimos y pudimos bajar. Notamos la falta de oxígeno y costaba un poco caminar. Por el camino habíamos parado a tomar un mate triple que iba bien para el mal de altura.

Pasamos la noche en el pequeño pueblo de Chivay. A la mañana siguiente recorrimos el valle del Colca. Llegamos temprano a la cruz del cóndor, donde a primera hora puede verse como esta ave alza el vuelo. En realidad aprovechan la corriente de aire caliente para elevarse y después descienden planeando.

Deshicimos el camino pasando por el pueblo de Maca y algunos miradores, pero en vez de regresar a Arequipa fuimos hasta Puno. Visitamos un poco el centro de esta ciudad, solo pudimos verla de noche pero lo que vimos nos gustó.

PUNO Y LAGO TITICACA

Frente a la ciudad de Puno se extiende el lago Titicaca. Éste hace frontera con Bolivia, perteneciendo una parte a cada país. Nosotros nos quedamos en el lado peruano. Con un barco recorrimos parte del lago navegable situado a mayor altitud del mundo.

Primero fuimos a las islas Uros. Éstas son artificiales y están hechas con juncos o como ellos las llaman totoras. Las islas son pequeñas y construyen unas viviendas también pequeñas sobre ellas. Nos explicaron y enseñaron como viven en este lugar. O mejor dicho como lo hacían antiguamente, porque la verdad es que dudamos mucho que sigan viviendo así.

La segunda y última parada del día fue en la isla Amantaní. Aquí nos alojamos en la casa de una familia. La isla no es muy grande y viven unas pocas familias agrupadas por comunidades.

Ofrecen sus casas a los turistas a cambio de no mucho dinero. Además de ver como viven, comimos como ellos y vimos sus costumbres. También subimos al Pachatata, una pequeña montaña que para ellos es muy importante y en la cima tienen un templo semiderruido dedicado al padre tierra. Para nosotros lo mejor fueron las vistas desde arriba.

Al día siguiente volvimos al barco para dirigirnos hasta la isla Taquile. Aquí aprendimos como hacen para lavar la lana y teñirla. Las telas de esta isla son famosas y es muy curioso ver como lo hacen. El paisaje desde arriba es impresionante y nos gustó mucho. Después volvimos al barco de regreso a Puno. Habíamos contratado otro bus nocturno con Cruz del Sur para llegar hasta Cusco.

CUSCO

Dividimos en dos nuestra estancia en la que fuera la capital del imperio Inca. En ambas ocasiones nos hospedamos en el barrio de San Blas, cerca del centro y con precios asequibles. En total estuvimos cuatro días en la ciudad de Cusco, dos antes de ir a Machu Picchu y otros dos a la vuelta. Ahora explicamos lo que vimos los dos primeros días.

El Barrio de San Blas no es la zona más turística de la ciudad, pero es muy agradable pasear por sus calles. El mercado de San Blas nos pareció muy auténtico, además, hemos de decir que es donde mejor desayunamos de todo el viaje. Otra zona interesante es la plaza con la iglesia.

En cuanto al centro, lo mejor es la plaza de armas y los edificios que lo rodean. Destacan la catedral de Cusco y la iglesia de la Compañía. En ambas hay que pagar para entrar, nosotros optamos por no visitar el interior. Nos gustó mucho la piedra de las 12 caras, se trata de una piedra cortada a mano que encaja perfectamente con las demás y tiene 12 lados. Cerca de la plaza se encuentra el arco de Santa Clara y la calle de las siete culebras. La llaman así, porque en las paredes hay un total de 7 culebras talladas sobre la piedra. Ésta lleva hasta la plaza Nazarenos, donde está el hotel con el mismo nombre y tiene un patio interior espectacular.

Otros lugares de interés cerca del centro son el mercado de San Pedro, el más grande que vimos en Perú. La plaza Regocijo, más tranquila que la de armas aunque con edificios menos interesantes. El museo de Qorikancha, es interesante para conocer un poco de la historia del país.

Dejamos lo que consideramos más interesante para el final. Con una excursión con guía incluido realizamos la visita a las ruinas más importantes del antiguo imperio Inca. Primero tenemos Qorikancha, cerca del centro de la ciudad. Fue un templo dedicado al dios Inti o Sol.

Ya a las afueras visitamos Saqsaywaman, una fortaleza ceremonial, construida con grandes bloques de piedra que llegan a pesar cerca de 200 toneladas. Otras ruinas interesantes son las de Tambomachay dedicado al culto del agua. Pukapukara o Fortaleza Roja, desde donde podía verse todo el valle y servía para la defensa de la ciudad. Finalmente está Qenqo destinado a los ritos y se trata de una gran roca con un pasadizo interior.

VALLE SAGRADO

Para ir de Cusco a Machu Picchu hay que recorrer el valle sagrado. Este recorrido tiene algunas paradas muy interesantes y vale la pena tomarse un día para llegar a Aguas Calientes y disfrutar de antiguas ciudades incas.

La primera parada se hace en Pisaq. Aquí hay unas ruinas en la cima de una pequeña montaña. Puede verse como está distribuido este poblado y como construían los incas las terrazas de cultivos. En el actual pueblo de Pisaq hay un mercado muy grande en el que puedes perderte más de una hora. Nosotros aprovechamos para comprar unos chullos, el típico gorro andino.

La segunda parada obligatoria es para visitar las ruinas de Ollantaytambo. Esta es la fortaleza desde la cual los incas dominaron el Valle Sagrado. Las vistas del lugar son impresionantes, una de las mejores visitas del valle.

MACHU PICCHU

Sin duda la visita estrella del viaje a Perú es el Machu Picchu. Una de las 7 maravillas del mundo bien merece dedicarle un día para ver todos sus rincones. Se puede dividir la visita en dos partes.

Una para subir al Wayna Picchu. Hay dos horarios con plazas limitadas para el ascenso, hay que reservar con antelación. La subida no es complicada pero si un poco cansada. Hay muchos escalones irregulares para llegar a la cima. Las vistas desde la cima con espectaculares y consideramos que ver esta maravilla no hubiera sido lo mismo sin subir al Wayna Picchu, totalmente imprescindible.

La segunda parte es obviamente recorrer las ruinas del antiguo poblado de Machu Picchu. Entre sus restos se encuentran muchos edificios importantes como el templo del sol, la residencia real o la plaza sagrada entre otros. También pueden verse las ruinas de muchas casas y edificios menores, así como, de nuevo las terrazas que utilizaban para cultivar verduras y hortalizas.

CUSCO, CHINCHERO, MORAY Y MARAS

Como hemos dicho antes, estuvimos otros dos días en Cusco a la vuelta del Machu Picchu. El primero lo utilizamos para hacer una excursión a 3 poblaciones de los alrededores.

El mercado Chinchero destaca por la elaboración de telas. Como vimos en la isla de Taquile, aquí hacen una muestra de como trabajan la lana. Primero la lavan y después la tiñen. Una vez lista tejen los diferentes tipos de prendas.

En Moray hay unos restos arqueológicos formados por terrazas concéntricas. Se cree que este lugar se utilizaba en tiempo de los incas como banco de pruebas para la investigación agrícola. Cada nivel de la terraza tiene una humedad y temperatura diferente y puede servir para un tipo u otro de cultivo.

Por último tenemos las salineras de Maras. Aquí hay más de 3000 pequeños pozos. Las familias que trabajan aquí tienen varios de estos pozos y funcionan como cooperativa. El agua que cae de la montaña es salda y cuando se evapora queda la sal que después recogen.

El último día en Cusco lo dedicamos a descansar y visitar de nuevo el centro, pero también para ver cosas nuevas. El monumento a Pachacútec, el gran emperador del imperio Inca. Desde arriba hay unas muy buenas vistas de la ciudad. La casa museo de Garcilaso de la Vega, sin ser una visita imprescindible, pero es interesante.

IQUITOS Y SELVA AMAZÓNICA

La ruta del gringo acaba en Machu Picchu o Cusco, pero nosotros extendimos la estancia en Perú. Con un vuelo interno fuimos hasta Iquitos, previa escala en Lima.

Iquitos es la ciudad más grande del mundo sin comunicación por carretera, es decir, solo se puede llegar en avión o barco. La ciudad no tiene grandes visitas que realizar, más allá de ver la plaza de armas y ver el río amazonas desde el paseo de la ribera. Sirve como punto de acceso para realizar un tour por la selva y para aclimatarse a la alta humedad de la zona.

En barca nos adentramos en la mayor selva del planeta. Pasamos tres días viviendo en medio de la naturaleza. Vimos gran cantidad de animales como el mono, el perezoso, el loro o un ave prehistórica entre muchos otros. También vimos gran diversidad de plantas y árboles como el árbol de avatar, el fruto del cacao o la victoria regia. También vivimos experiencias como bañarnos en el río amazonas, visitar una tribu indígena, pescar pirañas o ver el procesamiento de la caña de azúcar. Fue un gran acierto ir a la selva para vivir estas experiencias.

LIMA

Para finalizar el viaje por Perú volvimos a Lima. Solo dispusimos de un día más para visitar esta ciudad. En esta ocasión decidimos ir al barrio de Barranco. En general la zona está muy bien y los puntos a destacar son el puente de los suspiros, la playa y el parque. Para acabar paseamos hasta el centro comercial Larcomar. Las vistas del paseo que pasa bordeando el barranco son espectaculares.

¿Os habéis quedado con ganas de conocer más detalles del viaje? Si es así, os invitamos a visitar nuestro blog www.juntosxelmundo.es.