PRAGA

Que ver en Praga

Amor a primera vista.

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La primera vez que vi Praga supe que no iba a ser la última, esa ciudad me atrapó de tal forma que solamente unos meses después de visitarla se convirtió en mi nuevo hogar.

Praga es una ciudad que te atrapa, te hipnotiza. Sus adoquines te transportan a otra época, sus edificios te sumergen en su historia, su belleza impone, no tiene rival. Praga es una ciudad que se queda en el corazón de todo aquel que tiene la suerte de contemplarla.

Visité la ciudad a finales de un mes de septiembre, llegué en autobús desde Budapest, me bajé en la estación de buses Florenc y desde allí fui caminando hasta mi alojamiento situado en la plaza Wenceslao. Era de noche, bien entrada la madrugada, así que me limité a buscar algo para comer y después de cenar me dispuse a descansar.

Solo iba a estar en Praga 3 días, así que intenté planificarme bien para aprovechar el tiempo lo máximo posible.

El primer día realicé un free tour por la Ciudad Vieja y el Barrio Judío. Duró aproximadamente 2 horas y pude adentrarme en la historia del país y de los principales monumentos. Recuerdo perfectamente la sensación de plenitud que sentí al llegar a la plaza de la Ciudad Vieja, aquello era demasiado bonito, cada edificio estaba cargado de historia. La plaza estaba llena de vida, la gente bebía cerveza de unos pequeños puestos de madera, había un grupo tocando música, y el día acompañaba con un sol radiante. La iglesia de Týn parecía sacada de un cuento, el reloj astronómico directamente me fascinó, al igual que el resto de los monumentos del recorrido.

Puntos más importantes de la Ciudad Vieja:

• Plaza central de Praga.
• Iglesia de Týn.
• Iglesia de San Nicolás.
• Reloj astronómico.
• Universidad de Carlos IV.
• Teatro de los Estamentos.
• Torre de la Pólvora.
• Sinagoga Española.
• Sinagoga Viejo-Nueva.
• Sinagoga de Pinkas.
• Cementerio judío.

Para comer fui a un restaurante dispuesta a probar la comida checa, y me sorprendió que al ser solamente 2 personas nos colocaron en una mesa con más gente, esto es algo que suele ocurrir. Sinceramente acabó siendo una experiencia perfecta ya que nuestros compañeros de mesa eran una pareja checa súper simpática, nos recomendaron qué platos pedir y nos dieron muchos datos interesantes sobre Praga.

Por la tarde realicé otro tour para visitar el puente de Carlos, el muro de John Lennon y el castillo. Si tengo que elegir el monumento que más me gusta de Praga elegiría el puente de Carlos, no solo por el puente en sí mismo, si no por todo lo que le rodea, desde allí las vistas son tan increíbles que no hay foto ni vídeo que le haga justicia.

Por otro lado, tenéis que saber que el castillo no es como el típico edificio que solemos imaginar, sino más bien una ciudadela en lo alto de la colina, y lo mejor de todo es que entrar es gratuito. Asombra ver la gran mezcla de estilos arquitectónicos que encontramos allí dentro, es el claro reflejo del paso de los siglos. Dentro del castillo se encuentra la catedral de San Vito, preciosa e imponente. Desde allí arriba hay varios miradores espectaculares, así que fue una forma perfecta para finalizar el día.

Puntos más importantes del castillo:

• La catedral de San Vito.
• El Callejón del Oro.
• El Palacio Real.
• La basílica de San Jorge.
• Palacio de Rosenberg.
• Mirador de la puerta principal (puerta de los gigantes)
• Mirador de los viñedos.

El día siguiente lo dediqué a recorrer el barrio de Malá Strana, para mí, el barrio más bonito de Praga. Es el barrio barroco mejor conservado de toda Europa y allí merece la pena perderse por sus calles. A parte de los principales monumentos, como la Iglesia de San Nicolás, pude ver una gran cantidad de antiguos palacios que a día de hoy son embajadas, a cada cuál más bonito. También aproveché para recorrer el monte Petřín, para ello, se puede subir a lo alto del monte en funicular desde Malá Strana. Fue todo un acierto ya que había comenzado el otoño y los colores de la vegetación eran espectaculares. Allí puedes estar horas caminando, y como regalo, tendrás vistas maravillosas a toda la ciudad desde muchos puntos.

Puntos más importantes de Malá Strana:

• Iglesia de San Nicolás.
• Muro de John Lennon.
• Calle Nerudova.
• Iglesia del Niño Jesús.
• Isla de Kampa.
• La calle más estrella.
• Estatuas de los meones, de David Černý.
• Palacio Liechtenstein.

También quise disfrutar del ocio nocturno, así que esa noche salí a tomar algunas cervezas. Fue entonces cuando descubrí que la República Checa es el país con la mayor cantidad de ventas de cerveza per cápita. La verdad es que no me extraña, sus cervezas son buenísimas, en especial las cervezas de tanque y sin filtrar que, además, no te hinchan tanto al no tener gas añadido. Sin duda, este país es el paraíso para los cerveceros.

El tercer día lo dediqué a recorrer la ciudad nueva con otro tour, esta vez la historia estaba centrada en el siglo XX, hablando de lo que sucedió en la República Checa durante el nazismo y la dictadura comunista. Creo que es muy importante conocer la historia reciente del país para poder entender el presente del pueblo checo, así como su carácter, a veces distante y bastante serio a ojos del turista. A parte de ello, la caminata a orillas del río Moldava, desde el teatro Nacional hasta la Casa Danzante, me pareció una de las zonas más bonitas de Praga.

Puntos más importantes de la Ciudad Nueva:

• Teatro Nacional.
• Casa Danzante.
• Cabeza de Kafka, de David Černý.
• Cripta de San Cirilo y San Metodio.
• Plaza de Carlos.
• Galería Lucerna.
• Plaza de Wenceslao.

Respecto a la comida, solo os puedo decir que yo disfruté muchísimo. Los platos típicos que vais a encontrar en cualquier carta son el codillo de cerdo, el gulash, el queso frito y mi favorito: el svíčková. Este último se trata de un plato que contiene solomillo de ternera, knedlíky (miga de pan) y salsa de verduras en las que predomina la zanahoria, el apio, raíz de perejil, pimienta, y en ocasiones se le añade azúcar o caramelo. Todo esto le otorga un sabor agridulce que es la característica estrella de este plato.

Este es un pequeño resumen de mi primera visita a Praga, creedme cuando os digo 3 días se pueden exprimir y aprovechar al máximo. Es una ciudad pequeña, pero con mucho que ofrecer. Mi consejo siempre va a ser el mismo: caminad todo lo que podáis. Praga es un museo al aire libre, no tengáis miedo de perderos por sus calles, es más, eso es lo mejor que podéis hacer. No os limitéis a tachar monumentos de la lista, adentraros en sus calles, descubriréis auténticas joyas. Visitad bares y restaurantes que no sean tan turísticos, compartid mesa con los checos, disfrutad de su cerveza sin filtrar. Tampoco tengáis miedo de recorrer la ciudad de noche, a pesar de la desconfianza que puede provocar la poca iluminación de sus calles, en realidad es una ciudad muy segura.

Creo que se puede notar el amor que siento por la capital checa, es una ciudad que no deja indiferente a nadie. ¡Por algo dicen que a Praga siempre se vuelve! ¡Nos vemos en Praga! 😊

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