Viajar sin dejar de lado la Sostenibilidad

Un hecho innegable es que viajar como mochileros mola, coger la mochila y adentrarse en una aventura que te aportará montonazos de buenos momentos y anécdotas para la posteridad. Pero todo ello conlleva una serie de impactos ambientales que podemos reducir de manera sencilla si ponemos un poco de atención, porque por pequeños que sean los gestos, la suma de todos conlleva grandes cambios.


Conseguir que tu viaje sea más sostenible es sencillo, basta con tener tres palabras en la cabeza y aplicar el sentido común. Hablamos de “La regla de las 3R” (Reducir, Reutilizar y Reciclar), que son una serie de hábitos para minimizar los impactos que generan los residuos que producimos, haciéndonos ser más responsables y contribuyendo también a poder ahorrar algo de dinero.

Como ves, estas palabras son fáciles de recordar porque todas comienzan por la misma letra, y para ponerlas en práctica se deben aplicar en la medida de lo posible en el orden anteriormente descrito, porque lo primero es evitar generar un residuo, segundo reutilizar todo lo posible los productos y tercero, lo que no podamos seguir reutilizando, reciclarlo.

Pasemos a ver cómo poner en práctica las 3R.

Reducir

  • Esta es la primera de las 3R, cuya la finalidad es disminuir la cantidad de residuos generados, así hay menos cantidad que tratar y menores costes ambientales y económicos. Como bien dice el refranero popular “más vale prevenir que curar”.

Antes de comenzar la aventura, conviene planificar el viaje, estableciendo la duración, la ruta a seguir, los puntos de parada, elaborar un listado de las cosas que necesitas llevarte… esto te puede ayudar a aprovechar mejor tu tiempo y recursos, aunque siempre hay espacio para la improvisación.

A la hora de comprar alimentos para tu viaje, puedes hacerte una lista de los productos necesarios que estimas que vas a necesitar, y ajustar la cantidad adecuada para no comprar de más y tener que tirarlos si se ponen en mal estado. También es recomendable optar por productos de temporada y de procedencia cercana, ya que las emisiones derivadas de su transporte son menores y de paso se fomenta la economía local. Aunque comprar de esta manera no es posible en muchas ocasiones y toca adaptarse a los productos que se encuentran en las tiendas de la zona en la que estás.

Ya es de sobra sabido que los medios de transporte contaminan, por lo que trata de utilizar medios de transporte colectivos, y mejor aún si para ciertos desplazamientos vas a pie, en bici…!Quememos más calorías y menos carburantes¡ Así reducirás las emisiones de gases de efecto invernadero en tus desplazamientos, a la vez que te ejercitas.

Reutilizar

  • No es más que volver a utilizar para el mismo fin un producto, o incluso darle otra diferente.

A la hora de reutilizar productos el límite lo pone tu imaginación, pero para tener algunos ejemplos claros, puedes rellenar una botella nuevamente ya sea con líquido, o utilizarla para guardar algún alimento, rellenarla con legumbres, arroz, etc. Las bolsas puedes reutilizarlas de nuevo para hacer la compra tantas veces como aguanten, o usarlas como bolsas de basura. Con respecto al papel, si tienes algún periódico, puedes utilizar las hojas para meterlas dentro del calzado y absorber la humedad.

Estas son simplemente algunas de las muchas medidas que puedes emplear a la hora de reutilizar.

Reciclar

  • Esta R consiste en separar los diferentes residuos y depositarlos en el contenedor correspondiente para que se puedan reciclar y vuelvan a ser materia prima, cerrando el círculo de los productos. Para reciclar tenemos diferentes contenedores de colores en los que se tiran unos residuos concretos:
    • Contenedor amarillo: en él se depositan los envases de plástico (botellas, bandejas, bolsas…), metálicos (latas de bebida, conserva…) y brik (de leche, tomate, zumo…). No hay que confundir este contenedor con “el de los plásticos” ya que se ocupa solamente de los envases y no de cualquier producto.
    • Contenedor azul: este contenedor se utiliza para depositar papel y cartón, libros, revistas, cajas, periódicos…
    • Contenedor verde (iglú): el contenedor verde con forma de iglú es para depositar envases de vidrio (botellas, botellines, frascos, tarros…). Es importante destacar que vasos, platos, espejos, bombillas, porcelana o cerámica no se deben depositar en este contenedor ya que contienen sustancias que hacen que no se puedan fundir en los mismos hornos, por lo que estropearía el reciclaje.
    • Contenedor gris: aunque puede ser de otros colores como beige o verde, es para depositar los residuos que no se pueden tirar en los contenedores de reciclaje y que no sean peligrosos. Algunos de los residuos que se tiran aquí son colillas, pañales, toallitas húmedas, restos orgánicos (si no hay contenedor específico para recogerlos), …
    • Contenedor marrón: este contenedor cada vez más común en las calles, aunque todavía su presencia no es generalizada, está dedicado a la recogida de residuos orgánicos, es decir, solo restos orgánicos libres de residuos que van en los contenedores anteriormente descritos.

Además de estos contenedores, existen en algunos municipios otros como contenedores para recoger textiles o aceite.

“No es más limpio quien más limpia, sino quien menos ensucia” Así que, si ves que no hay papeleras o contenedores cerca de donde estás, guárdate el residuo hasta encontrar dónde depositarlo correctamente y no lo tires al suelo por pequeño que este sea, que la basura no habla, pero dice mucho de ti.

Todos somos responsables

Cuidar del entorno allá por donde pasas como mochilero para dejarlo en el mismo estado (o mejor) en el que lo encontraste, permitirá que quien venga detrás de ti, pueda disfrutarlo igual que tú. Algo de conciencia, un poco de sentido común y algunos simples gestos, pueden hacer que la huella que dejas tras tu viaje mochilero, no sea más que la de tu calzado.