LANZAROTE

Si piensas que Lanzarote “sólo es negro”, estás muy alejado de la realidad. Lanzarote es explorar un pueblo «abandonado», volver al pasado, surfear en una playa volcánica, adentrarte en un lugar dominado por cactus y bailar hasta el amanecer.


DIA U N O |

Nuestro avión llegó al mediodía, así nada más dejar la maleta en el apartamento, nos dirigimos a los Jameos del agua. ¡Importante! Si vas a partir de las tres te hacen un 20% de descuento en la entrada (9,5€ aprox). Lo más curioso es la especie autóctona de cangrejos que hay en ella, ¡brillan en la oscuridad! Además de vez en cuando, suelen realizar eventos espectaculares en el anfiteatro que hay dentro.

Todo lo demás del lugar nos pareció bastante turístico: había una «piscina/playa» muy Benidorm, y alrededor del Jameo bares llenos de turistas. Aun así, merece la pena entrar.

Aprovechando las horas de sol de la isla, nos fuimos a Caletón blanco. Una preciosa playa de arena blanca, de aguas tranquilas y poco profundas, que te hacen sentir como en el Caribe.

Nos fuimos a despedir el sol en el Mirador del Río. Dicho por gente local: “a no ser que estés muy interesado en la arquitectura, no es necesario pagar 4,50€ para entrar”. Alrededor las vistas son magníficas, y es un bonito sitio para ver la puesta de sol.

Acabamos el día paseando por el pueblo pesquero de Punta Mujeres. Apenas hay turistas, y tienes la oportunidad de convertirte en un verdadero local. Ese día cenamos en el apartamento, hay mercadona y otros supermercados, así puedes ahorrar algo de dinero e irte a descansar cuando te apetezca, sin gastar horas decidiendo dónde cenar.

DIA D O S |

Madrugamos para aprovechar bien el día, y nuestra primera parada fue el pueblo de Yaiza. Es uno de los mejor conservados del archipiélago. Nos encantó porque respeta mucho su arquitectura tradicional: casas con techos planos para recoger agua de lluvia (antiguamente esa agua les tenía que durar un año entero, ¿os lo imagináis?).

De ahí nos fuimos un paraje que llevábamos bastante tiempo queriendo conocer. Fue una de las cosas más sorprendentes de la isla: las Salinas del Janubio. Teníamos a nuestros pies 440.000 metros cuadrados de tierra que produce sal, y en la que puedes entrever una amplia gama de colores. ¡No podíamos para de fotografiarla!

Realmente sabrás que Lanzarote es una isla viva cuando vayas a los Hervideros. Lava volcánica que llegó al mar, y que continuamente es golpeada por unas olas espumosas. Nos quedamos mucho tiempo sentados viendo este espectáculo, y aunque eso significó modificar el plan, es algo que repetiríamos sin dudarlo.

La mejor hora para ver el Charco de los clicos (Lago Verde) es a las 12:00h. Un lago dentro del cráter de un volcán. Cuando fuimos la carretera que da a la playa estaba cortada por desprendimientos, por lo que únicamente pudimos contemplarla desde un mirador.

La tarde fue para las playas. Primero a Playa Mujeres y después a la Playa de Papagayo (a partir de las 15:00h es gratis, antes se paga alrededor de 3€). Ambas estaban abarrotadas de turistas, así que decidimos ir a Playa de la Cera y ¡fue un acierto! Apenas había gente, y andando por la orilla hacia la Playa del Pozo nos encontramos paisajes extraordinarios en los que las montañas eran las protagonistas.

Como las playas están dentro de una reserva natural, te animamos a que te atrevas a buscar el atardecer entre las montañas.

DIA T R E S |

¿Imagináis andar por un pueblo prácticamente abandonado en el que puedes andar descalzo porque el suelo es de arena? Nada más verlo nos quedamos prendidos del Pueblo de Caletón de Famara.

Con las sandalias en la mano, continuamos andando hasta Playa Famara entre sus dunas. Ya tiene nuestra etiqueta de la playa más impactante de Lanzarote (¿y del mundo?). Repleta de surferos y cuyo foco de atención es su imponente risco. Nos recorrimos sus 6km de costa (ida/vuelta) y nos parecieron segundos.

De camino a Arrieta, nos encontramos con un sorprendente paisaje lunar modelado por el viento. Paramos el coche de golpe (menos mal que no pasaba nadie por la carretera) y buscamos corriendo un sitio para aparcar. Al buscarlo descubrimos que se trata del Barranco de las Piletas. ¡Nos lo pasamos como niños!

En Arrieta no pasamos mucho tiempo porque su paisaje pesquero era muy parecido al de Punta Mujeres. Especialmente nos hacía ilusión andar por debajo de su muelle situado en la costa.

Paramos a comer en Teguise, y a conocer el municipio más extenso de la isla (antigua capital). Disfrutamos recorriendo sus silenciosas y tranquilas calles, y como siempre, ¡haciéndonos fotos en casi todas sus casas! Los domingos por la mañana hacen uno de los mercadillos artesanales más populares, aunque al ir entre semana no pudimos verlo.

De un paisaje minimalista pasamos a uno totalmente desértico. El Jardín del Cactus fue una maravillosa sorpresa. No nos imaginábamos la magnitud y la cantidad de especies que tiene el lugar. La mayor parte provienen de México, pero también puedes descubrir variedades muy curiosas. ¡A Clara le encantan los cactus, así que no se lo quería perder!

Además, entramos a la tienda y la dependienta muy amable nos relató cómo vivieron la época de Cesar Manrique, y lo importante que fue para ellos. Realmente nos emocionó. ¡Os invitamos a acercaros y hablar con ella!

Acortamos la ruta planeada para ¡ir al carnaval! Empezaba a las 18:00h, y fue todo un espectáculo de colores, ritmo y diversión.

DIA C U A T R O |

¿Han estado vuestros pies en la cima de un volcán? La ruta de Caldera Blanca te permitirá vivir esa sensación de superar nuevos retos (sobretodo para Clara y su vértigo). Aparcamos en un parking cercano al pueblo de Mancha blanca (dónde podrás acercarte a la Ermita de los Dolores). Comienza la ruta por un sendero muy marcado por la lava que no te dejará desviarte hacia ningún lado.

Una alternativa, es realizar una ruta por el municipio de Tinguatón. Nosotros realizamos una parte de ésta, ya que nos quedamos prendados con los colores verdes y negro de la Montaña Ortiz.

Nuestra siguiente parada y una de las que Jose tenía más ganas de ver fue La Gería. Se trata de una zona donde predomina el cultivo de vid adaptado a las condiciones de la zona, ya que éste debe soportar fuertes rachas de viento y llegar a una capa fértil cubierta por lapilli (piedra volcánica). Lo más sorprendente ¡el conjunto tan bonito que forman!

Después de comer, nos dirigimos a conocer el Museo del Campesino, también diseñado por César. En él podrás descubrir la forma de vida condicionada por la falta del agua que sufría la población. Si llegas a tiempo podrás participar en sus talleres artesanales (3€): cocina tu propio mojo, elabora jabones e incluso ¡hazte tu propio sombrero!

Para acabar el día puedes hacer una escapadita rápida a San Bartolomé, y encontrar el poblado más antiguo de la isla (Zonzamás).

DIA C I N C O |

¡Qué afortunados fuimos! Conseguimos visitar el parque de Timanfaya, sin necesidad de montar en la guagua y mucho menos en camello. Se trata de la ruta Tremesana. Comienza en el municipio de Yaiza y es tan solo para ocho personas. Si realmente quieres aprender todo sobre esta isla, el guía Nino te lo contará. Adéntrate en un gris profundo y descubre las maravillosas peculiaridades de este parque natural.

De las profundidades del volcán, pasamos a un barco encallado en la Playa de Barlovento. Sin duda, es un lugar muy peculiar en el cual podrás disfrutar en apenas unos minutos.

Y nuestra despedida es en Arrecife, la capital. En ella podrás disfrutar de estampas marítimas creadas por sus pequeñas barcas, su fortaleza y como no, acabar con buen sabor de boca degustando unos quesos de la región de Uga.

TIPS

Te dejamos con unos consejos, que harán de tu visita un lugar inolvidable.

Comer en:

  • Yaiza «Bar Stop Tapas y Vinos«. Bar de estilo minimalista, lleno de gente local y a precios insuperables.
  • Teguise «La Bodeguita del Medio«. Puedes degustar lo más típico de Lanzarote y tener un momento dulce con sus postres caseros.
  • Arrecife «Strava«. La tabla de quesos y sus croquetas del día son una buena despedida.
  • Tahiche «Levain«. Una cafetería atípica con los dulces más increíbles de la isla.

Sitios recomendados por gente local.

-RESTAURANTE AMANECER: pedir parrillada mixta. Si sois tres o cuatro, pedir para dos personas porque por lo visto es enorme.

-PUERTAS VERDES: Está en la localidad de Haria. Es vegano, pero también ponen comida para todo tipo de gustos.

-MERCADO DE HARÍA: ir a partir de las 12:30h que es cuando se van los buses turísticos.

-FEMES: el mejor sitio para probar la carne de cabra o conejo.

Coche en: Es imprescindible para moverte por la isla (en 1h puedes recorrerla sin problema). Alquilamos nuestro coche en Medina-cabrera, no te imponen fianza, no ponen ninguna pega y son muy amables.

Otros:

Aunque te encuentres en días nublados o incluso viajes en Enero, la protección solar no debe faltarte: la radiación ultravileta de la isla es considerable.

El agua potable de la isla proviene del mar, por lo que su sabor te resultará extraño. Las alternativas sin plástico en esta situación están difíciles en la isla.

Aunque las temperaturas son excelentes todo el año, el viento es un factor clave en la isla. Por ello te recomendamos la visites en septiembre y octubre. Por contra, los peores meses son Abril y Mayo.

Te animamos a que no recojas ninguna piedra del Timanfaya. Simplemente le pertenecen a la isla y allí son más útiles, puesto que en el aeropuerto los reclaman o en casa quedan olvidadas.

La olivina es una piedra semipreciosa, pero si nada de valor monetario, ninguna tienda la vende por no quitarlo de la isla.

No te preocupes si no ves a nadie por los pueblos, la población sigue allí. Simplemente suelen tener patios interiores donde relacionarse y escapar de las fuertes rachas de viento.

Esperamos que tus ganas de visitar esta isla hayan aumentado, y que la disfrutes respetándola y cuidándola tanto como sus habitantes.

A ser felices Mochileros!