SUBIENDO EL VOLCÁN ACATENANGO

Existen ciertos lugares en la tierra donde la naturaleza nos demuestra que no necesita pincel, donde cualquier expectativa del lugar se queda pequeña al contemplarlo, uno de estos lugares es el volcán Acatenango y las imponentes vistas que te regala su cima.


Dicen que Guatemala es tierra de volcanes y leyendas, después de haber recorrido gran parte del país, puedo afirmar que ambas son ciertas, a nivel volcánico Guatemala se encuentra en el llamado anillo de fuego del pacifico y cuenta con 288 volcanes (activos e inactivos).

Cuando empezamos a planificar nuestro viaje mochilero a este país centroamericano descubrimos que además de contemplarlos, era posible escalarlos e incluso dormir en ellos, y eso es lo que voy a contaros hoy como es y como hacer la excursión del volcán Acatenango.

Aunque la cadena montañosa y volcánica guatemalteca se extiende por todo el país, existe una zona cercana a Antigua (una de las ciudades coloniales más bonitas de América) que es especialmente famosa por sus volcanes.

ACATENANGO

 Aquí se encuentran:

  • El volcán de fuego (3763m) tristemente famoso por sus fuertes estruendos y furiosas erupciones como la que acabo con la vida de mas de 120 personas en junio de 2018.
  • El volcán Pacaya (2552m) de fácil ascensión para casi todo tipo de publico y en continua actividad, por lo que si quieres ver lava es un buen destino.
  • El volcán de agua (3760m) se encuentra inactivo, es la postal inconfundible de la ciudad de Antigua y presenta el clásico cono que dibujabas en el colegio al hacer un volcán.
  • El volcán Acatenango (3976m) el más alto de todos y el elegido para la aventura que voy a contar ya que es posible dormir en su campamento base, contemplar el resto de volcanes y ver amanecer desde su cima.

COMO HACERLO

Cuando estuvimos buscando información para mochileros, vimos que había un tipo de excursión en el volcán Acatenango de dos días en el que subías hasta los 3500 metros el primer día, dormías en una tienda de campaña y de madrugada subías hasta la cima para ver el amanecer durante el viaje.

Así que después de salivar un poco y seguir buscando información, encontramos la asociación Aprode y a Elvin Rubelsy soy, quien la dirige y el encargado de gestionar todo contigo a través de whatsapp (+50247082809). Elvin vive con su familia en un pueblo en las faldas del volcán y se ha criado recorriendo esas montañas mucho antes de que fuesen un atractivo turístico, como proyecto de carrera creo esta asociación con la que da trabajo a vecinos que dejaron lo poco que tenían y fueron al norte en busca de un sueño americano que nunca se fraguo.

Por lo que si hablas español (los guías de aprode no hablan inglés), quieres ayudar y escuchar historias que te harán darte cuenta de la suerte que tienes por haber nacido donde lo has hecho, sin duda Aprode es tu lugar.

El precio que nos dio Elvin fueron 365Q por persona (30€) e incluía el transporte desde antigua, 6 comidas y bebidas, todo el material y el guía, todo lo especificare un poco más abajo.

ACATENANGO GUATEMALA

LA EXPERIENCIA

Cuando Elvin nos dio el precio y acordamos el día, nos explicó que material que es aconsejable traer para realizar la actividad.

  • Ropa cómoda para caminar.
  • Tenis o botas con suela gruesa y buena tracción.
  • Doble calcetín (delgado y grueso).
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  • 2-3 litros de agua.
  • Medicinas personales (si fuesen necesarias).

La actividad para Pipi y para mi empezó en nuestro hostel de Antigua a las 8 de la mañana, Elvin se presento con una sonrisa y su todoterreno, nos llevó hasta San José Calderas a unos 30 kilómetros por carreteras naturales mientras nos contaba como fue su infancia, como se vive en los pueblos de las faldas del volcán y como habían perdido toda la cosecha después de la gran erupción de junio de 2018.

Desde San José comienza la ascensión hasta el volcán Acatenango, y es aquí donde viven los guías de Aprode, en casa de la familia de Elvin nos acogieron como a unos familiares más, inventándonos a un contundente desayuno y contándonos su forma de vida mientras esperábamos al que sería nuestro guía.

Antes de que llegase el guía revisamos con Elvin todo lo que llevábamos y cargamos toda la comida que nos dieron, si el cree que no vas suficientemente abrigado para la noche o que algo falla intenta dejarte algo para que puedas hacerlo de forma confortable.

Una vez que llego nuestro guía, Jonas, empezamos el camino sobre las 10:30 de la mañana, aquí nos dimos la primera alegría del viaje, ya que descubrimos que nosotros dos éramos los únicos que subían y que tendríamos nuestra propia suite con vistas a las nubes, según nos contaba Jonas, los europeos por norma general tenían buena forma física y en 4-5 horas estaban en el campo base, pero si venia alguna pareja de gringos regordetes la subida se demoraba a más de 9 horas.

A nivel personal a subida no me pareció tan difícil como había leído en internet, el desnivel que encuentras no es pronunciado por lo que se hace muy ameno, además vas hablando todo el camino e intercambiando experiencias, así que, aunque seas muy sedentario con un poco de paciencia y esfuerzo puede conseguirse.

Durante la subida puedes contemplar diferentes tipos de vegetación que van muriendo conforme los metros pasan hasta llegar al bosque nuboso, donde la luz no entraba, la temperatura bajaba y daba una sensación difícil de explicar.

Una vez pasado este tramo, después de 3 horas de caminata y con la luz del sol de nuevo en nuestras cabezas, hicimos un pequeño descanso para comernos el arroz con pollo que nos habían preparado y afrontar las ultimas dos horas de caminata.

Después de un rato andando donde Jonas nos contaba curiosidades sobre la flora o incluso los restos de roca y ceniza volcánica que aún estaban desperdigados después de la última gran erupción, escuchamos el volcán rugir, lo que nos dio más ganas de seguir y poder ver el famoso volcán de fuego en acción.

Eran las 15:20 cuando llegamos al campamento base, y recuerdo la primera imagen del volcán de fuego, expulsando su fumarola gris, y sentir a Pipi agarrándome la mano fuerte denotando tanta emoción como nervios.

Después de un rato embobados, ayudamos a Jonas a montar su tienda y la nuestra, nos fuimos a descansar un rato dentro de la tienda y a contemplar aquel mar de nubes que se expandía como un océano ante nosotros.

Cuando volvimos de dar un paseo y tomar unas fotos, Jonas nos estaba esperando con la hoguera encendida y un chocolate a la taza para hablar un rato y nos preparábamos para ver el atardecer.

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Mientras cenábamos entre historias al fuego de la hoguera descubrimos la historia de un hombre asombroso, un hombre que dejo todo para intentar ayudar a su familia, al que cruzar México casi le costo la vida cuando lo secuestraron, un hombre que paso ilegalmente a Estados Unidos, donde lo engañaron, lo estafaron y donde acabo pidiendo y suplicando para poder volver a su país.

Un hombre que, junto a sus esposa e hijas, sobrevive con 20Q (2€) al día, pero que nos demostró que podía ser infinitamente más feliz de lo que nosotros podríamos serlo.

Con la noche llego una pequeña tormenta, una tormenta que estaba a nuestros pies, mientras las estrellas nos hacían de manta, desde el Acatenango, además de unas vistas inmejorables del volcán de fuego, puede contemplarse el volcán del agua y el volcán pacaya. Y fue en esa dirección donde pudimos contemplar algo difícilmente de olvidar, ver los rayos caer sobre la ciudad, mientras el Pacaya expulsaba lava, fue una imagen tan asombrosa que me resulta muy difícil de explicar.

 

 

Fueron momentos mágicos, a los que se sumaban pequeñas erupciones de lava del volcán de fuego como si estuviese celoso y quisiese llamar la atención, se hizo tarde, éramos conscientes de que tendríamos que levantarnos temprano para alcanzar la cima y ver el amanecer, pero nada de eso importaba en aquellos momentos…

Eran las 4 de la mañana cuando Jonas nos despertó para empezar el ascenso hasta la cima, el cansancio del día anterior y la dura noche de frio habían hecho mella en nosotros, sin embargo, estábamos allí y era nuestra oportunidad no cabía ninguna excusa, así que nos abrigamos y comenzamos a subir los últimos 400 metros.

Al igual que la subida hasta el campamento me resulto fácil, esta subida es bastante dura, además del gélido viento que sientes y de que el suelo es deslizante, se sumaba que el desnivel de la pared que te da acceso a la arista y luego a la cima es muy pronunciado, los Guías Guatemaltecos llaman a esta parte “la maldita” y acabamos entendiendo porque era así…

Cuando llegamos a la cima nada de eso importaba ya, el cansancio o el frio desaparecieron cuando los primeros rayos estaban apareciendo en el horizonte iluminando el volcán de agua, esa sensación de haber alcanzado tu objetivo nos dibujaba sonrisas y justo en aquel momento no podíamos estar en mejor sitio.

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Bajar de la cima fue infinitamente mucho más fácil que subirla, todo hay que decirlo y más sabiendo que abajo nos esperaba el desayuno y de nuevo las fantásticas vistas del mar de nubes, una vez que desayunamos y recogimos todo, pusimos rumbo de nuevo a San José Calderas, pero ahora con el recuerdo imborrable del volcán y con la satisfacción de la misión cumplida.

¿DEBO HACERLO?

Si estas leyendo esto seguramente seas una persona curiosa, mochilera, aventurera y con ganas de superarse, así que mi respuesta es HAZLO, no tengas miedo, da igual tu forma física, tus ganas siempre podrán más. Así que si tienes la oportunidad de visitar Guatemala maravíllate con este espectáculo de la naturaleza no dudes en viajar como los mochileros.